Una herramienta se ha colado en nuestro mundo:
la red social. Esto a causado una verdadera catarsis en nuestro día a día. La capacidad de comunicación in situ, la de compartir “todo”, está generando nuevos cambios de conducta, algunos para bien y otros para mal.
Internet ha cambiado por completo nuestra forma de relacionarnos.
Esta cibersociedad se caracteriza por la hiperconexión y su hijo pródigo son las redes sociales. Aparecen nuevos patrones: nuestro interés focalizado, nuestro cambio de “conversación a conexión” o las llamadas situaciones “solos pero juntos”, es decir, conectados por nuestros dispositivos, pero nunca físicamente.
Cada vez más, las redes se convierten en “escuchadores inteligentes”, engañándonos a nosotros mismos y creyendo que la gente nos está haciendo caso cuando, en realidad, la red es la única que recoge las ideas; los dispositivos se están convirtiendo en nuestros mejores amigos, creando una peligrosa sensación de compañía.
La red le ofrece algo muy importante a nuestro cerebro primitivo:
- Estar atento solo a aquello que nos interesa.
- Ser siempre escuchados.
- La sensación de jamás estar solo.
No obstante, realmente esto no siempre ocurre.
La red satisface nuestras emociones, pero no sabemos gestionarla y ahí es cuando aparecen los conflictos.
SLOW INTERNET Internet lento es una forma de ver las redes de una manera sana e inteligente. No pretendemos dar un paso atrás como una visión romántica antes de la irrupción de la red. No es esí.
Pretendemos crear una simbiosis sana de esta tecnología. ¿Podemos aplicar el
design thinking o pensamiento de diseño para hacerlo? Sí, podemos idear metaherramientas para gestionar esta tecnología con unos objetivos:
- Generar conceptos para aprender a estar solos, cultivar la capacidad de aburrirse y reflexionar frente al ruido de la red.
- Crear ideas/espacios para construir relaciones reales y tangibles, lejos de los lazos superficiales y efímeros que nos brinda la tecnología.
- Aprender a gestionar nuestro tiempo en la red, no pasarnos media vida conectados a una falsa ilusión.
- Comenzar a generar filtros para encontrar aquello que realmente buscamos, obviando las derivas de la información.
Todo ello engloba la idea que tenemos en
Thinkers Co. de Slow Internet.
Debemos controlar la herramienta antes de que ella nos domine a nosotros.