Cuando algo nos resulta muy novedoso, nuestro cerebro busca rápidamente algo que hayamos experimentado previamente para poder entenderlo. Por eso, uno de los recursos más recurrentes en el pensamiento creativo son las metáforas.
Las metáforas son la manera que tenemos las personas para movernos en el mundo de las ideas, ya que principalmente nos ayudan a:
- Reducir la complejidad a elementos sencillos y comprensibles.
- Percibir elementos de diferente manera.
- Relacionar la realidad con analogías para encontrar caminos inexplorados.
No vamos a explicar la taxonomía de las metáforas, puesto que ya existe mucha información al respecto. Lo que queremos es hacer una pequeña reflexión…
¡Muy fácil! Sabrás que tu idea o concepto es una obra maestra cuando esta se haya convertido en una metáfora que ayuda a las personas a entender la realidad, y no solo eso, sino que también ayudará a esas personas a crear cosas nuevas cogiendo tu idea como referencia.
En alguna sesión de mentoring o taller seguro que has escuchado algo como por ejemplo: ‘tío, tú lo que quieres es crear el Facebook de los escaladores’ o ‘Lo que me estás contando se parece mucho a un Uber de cuidadores de mascotas’*.
¿Lo entiendes ahora?
Haciendo un inciso, existe una herramienta muy útil, Análogos-Antílogos, que aprovecha el poder de la metáfora para explicar y clarificar qué te gustaría y qué no te gustaría ser.
Por este motivo, en las sesiones de creatividad pedimos a las personas que se apoyen en metáforas como catalítico de la ideación, ya que éstas son lo suficientemente potentes a nivel conceptual y lo suficientemente abiertas para que cuando muestres tu idea-metáfora a otra persona, esta entienda y sepa explicar qué es para él lo que le estás contando. Cuando esto ocurre, lo que está haciendo tu oyente en su cabeza es explicarte qué es lo que a él le gustaría realmente que fuera. Ese es un momento mágico, porque si mucha gente coincide en la descripción, tienes algo de valor para bajar a tierra y la oportunidad de convertirlo en algo tangible. Tangible y muy grande.
Y bien, ¿qué es para ti el Airbnb de las croquetas?
*Desde Thinkers Co. os proponemos otros ejemplos ‘sublimes’:
‘El LinkedIn del mar’, ‘El BlaBlaCar de los tractores’, ‘El Airbnb de los campings’, ‘El Facebook de los antisociales’, ‘El Groupon de los sellos’, ‘El Spotify de los libros’, ‘El TripAdvisor de las zapatillas’, ‘El Google Maps de los desengaños’, ‘El Paypal de los anarquistas’, ‘El Fablab de las frutas’, ‘El Instagram de los médicos’. ¿Qué se te ocurre a ti? ¡Ponte a prueba!